340 g de mantequilla
240 g de azúcar
2 cucharadas de leche (20 g)
1 cucharada de esencia de vainilla (10 g)
1 cucharadita de levadura química, tipo Royal (4 g)
1 huevo L
525 g de harina de respostería
Un dato muy importante es que la receta pide mantequilla y que debe estar a temperatura ambiente. No sirve ablandarla en el microondas ni ponerla cerca de fuentes de calor. Por lo tanto, la tendremos fuera del frigorífico el tiempo suficiente para que se ablande por sí misma.
Para empezar, ponemos la mantequilla en un bol y añadimos el azúcar. Batimos a máxima potencia durante unos 10 minutos, hasta conseguir una textura cremosa y blanquecina. A continuación añadimos la leche y la esencia de vainilla. Cuando la mezcla esté homogénea (en pocos segundos), añadimos el huevo y esperamos hasta que se mezcle bien (también pocos segundos).
Lo siguiente es añadir la harina mezclada con la levadura, que tendremos tamizada de antes. La vamos agregando poco a poco hasta que esté completamente integrada mientras batimos. Podemos terminar de integrarla con una espátula.
Una vez tenemos la masa lista, la introducimos en la pistola, apoyamos la boca de ésta por completo sobre una lámina de silicona o directamente en la propia bandeja del horno, pero sin engrasarla lo más mínimo. Es muy importante, nada de engrasar la bandeja ni poner papel de horno, luego se despegarán sin problemas. Una vez tenemos la pistola apoyada, pegamos un "tiro", contamos un segundo y retiramos la pistola de un golpe seco. Obtendremos las galletas formadas sin problemas.
Introducimos a horno precalentado a 170º hasta que empiecen a tomar un color dorado, unos 12 minutos aproximadamente.
Podemos decorarlas al gusto, con chocolate, frutos secos, guindas y todo lo que se nos ocurra.
Salen muchísimas galletas :D
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