7 huevos L, yemas y claras separadas
90 g de azúcar
90 g de harina de repostería
1 cucharada de aceite de girasol u otro aceite vegetal.
Aroma a gusto: ralladura de limón, vainilla
Mermelada o confitura de frambuesa
Una pizca de sal
Azúcar glas
Chocolate negro o blanco de cobertura (op.)
La mermelada de frambuesa suele tener semillas, por lo que antes de extenderla por el brazo hay que pasarla por un colador o tamiz, ayudándonos de una cuchara.
Separamos las yemas de las claras. Levantamos las claras a punto de nieve con ayuda de un chorrito de limón hasta que se formen picos. Precalentamos el horno a 200ºC.
En otro bol o tartera, batimos enérgicamente las yemas con el azúcar y el aroma hasta que queden blanquecinas. Echamos una cucharada de aceite de girasol y la harina con una pizca (muy poca) de sal, mezclando bien.
Ahora hay que igualar algo más las densidades antes de proceder a echar las claras sobre la mezcla. Retiramos unas cucharadas, algo así como 1/4, de las claras montadas a punto de nieve y echamos sobre el batido. Mezclamos. Ya hemos conseguido igualar las densidades.
Echamos el resto de las claras montadas de forma envolvente y con ayuda de una espátula, para evitar que se bajen. Vertemos sobre una bandeja con papel de hornear extendiéndolo con ayuda de una espátula. Horneamos unos 8-10 minutos, hasta que empiece a tostarse por los bordes.
Retiramos del horno, cortamos los bordes con un cortapastas y formamos el rollo con la masa todavía caliente. Así evitamos que se rompa al enrollarlo en frío. También podríamos emplear un paño húmedo después, tiene el mismo efecto.
Eventualmente, podemos hacer un jarabe con agua, azúcar y un licor o vainilla, empapándolo antes de rellenarlo.
Colamos la mermelada de frambuesa para retirar las pepitas y extendemos sobre el brazo. Enrollamos de forma que quede bien apretado. La mermelada volverá a endurecerse y a tener la textura adecuada. Espolvoreamos con azúcar glas y, si no queremos cobertura, nos lo comemos.
Fundimos el chocolate durante unos segundos en el microondas, lo retiramos y vemos la consistencia. Volvemos a introducirlo en el microondas, así hasta que parte del chocolate se haya derretido. En ese momento lo retiramos y acabamos de fundirlo en el bol con ayuda de una espátula. También podría fundirse al baño María.
Templamos el chocolate, trabajándolo hasta que haya bajado la temperatura y, al introducir el filo de un cuchillo, el chocolate se endurezca inmediatamente. Sobre una rejilla, y con una bandeja o plato cubrimos el brazo. Dejamos enfriar en lugar frío hasta que se endurezca.
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