1 cebolla no muy grande
Aceite de oliva
1 cucharada de azúcar moreno
Picamos la cebolla en tiras finas. En una cacerola ponemos toda la cebolla y aceite de oliva, el suficiente para que al mover la cebolla quede toda impregnada. Ponemos a fuego lento hasta que la cebolla esté tierna y pochada.
Una vez tenemos la cebolla confitada, para caramelizarla, añadimos el azúcar moreno y removemos hasta que se disuelva y se mezcle con toda la cebolla.
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